viernes, 19 de agosto de 2011

A tener en cuenta en Atenas

Las cosillas que vaya recordando iré aportándolas poco a poco.

Lo primero es el Hotel. No tanto como el hotel o sus estrellas, lo más importante es la localización del mismo y con esto no basta con que esté al lado del metro o más o menos céntrico. Nosotros nos hospedamos en el Hotel Aristóteles (**). Un hotel muy correcto dentro de su categoría, a destacar que tuviera Wi-Fi gratuito (En todos los hoteles en los que estuvimos había Wi-Fi gratis). Cercano a la plaza Omonia, de la que parte una avenida importante, además de tener una parada de metro que te lleva a la Acrópolis en 3 paradas. Hasta ahí bien, el problema es que en la zona de este y otros muchos hoteles "hay un ambiente raro". Si hubiera ido yo sola me habría asegurado de no estar fuera del hotel cuando anochece.   De verdad que volvería a coger el hotel, si no fuera por ese "pequeño" detalle. Unos compañeros del tour se quejaron de su hotel  (creo que el Meliá) por lo mismo y consiguieron que les cambiaran. Yo miraría en los comentarios de los hoteles para saber que opina la gente de la zona en la que estaba situado. Realmente la gente de la calle no se fija en tí y no te hace nada, pero me encontraba intranquila.

El idioma. El idioma oficial es el griego, pero al contrario que en España donde estudiamos inglés en el sistema educativo durante años y años para al final salir sin saberlo, allí la gran mayoría lo habla. En la recepción de hoteles, museos, chóferes de autobuses, quioscos, cualquiera por la calle... Es gracioso como en los comercios están "preparados" para el turismo. Te saludan en varios idiomas consecutivamente hasta que dan con el tuyo y entonces empieza la "venta".

Teleférico del monte Licabeto. Cuesta 7€ la ida y vuelta, ya que no lo puedes adquirir por separado. Tarda poco, no tiene aire acondicionado y quizás tengas que hacer el viaje de pie. Lo peor es que no tiene vistas, está soterrado. Si lo hubiese sabido, habría subido andando, ya que por el camino puedes ir viendo las vistas que te ofrece de la ciudad. Pudiendo así hacer mejores fotos que desde arriba, donde se agolpa la multitud y los cables del tendido eléctrico y una antena justo frente a la panorámica de la acrópolis (que poca vista...). Lo único malo es si pretendes bajar de noche. Cuando estuve, los últimos tramos no estaban iluminados y al ser el suelo irregular podías tener algún pequeño accidente.

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